Enclavado en la comuna de Casablanca, el Molino Casablanca ha sido un pilar fundamental en la historia de la molienda en Chile. Su origen se remonta a principios de los años 30, cuando se construyó el primer edificio, una estructura completamente de madera que albergaba las primeras operaciones del molino. Sin embargo, hacia finales de los años 40, un devastador incendio consumió la edificación, marcando un punto de inflexión en su historia. Lejos de detenerse, la administración de aquel entonces decide reconstruir el molino con una infraestructura más robusta y moderna para la época: un edificio de hormigón, más alto y con mayor capacidad de producción, que permitió consolidar su importancia en la industria harinera del país.

Desde el año 2017, el Molino Casablanca forma parte de la red de plantas productoras de Molinera San Cristóbal, consolidando su relevancia en la industria y potenciando su capacidad operativa. Actualmente, desde esta planta abastecemos a clientes de la V Región, ofreciendo un amplio surtido de harinas de la más alta calidad y un servicio eficiente y oportuno, alineado con las necesidades del mercado actual. Con una mirada hacia el futuro, seguimos trabajando por la innovación y la excelencia, reafirmando nuestro compromiso con la industria panadera y pastelera del país.